Video: 10 mitos de nutrición en los que todos creen, pero son totalmente falsos

Por Esmeralda Quiroga 

La Nutrición es la ciencia que estudia los nutrientes de los que están compuestos los alimentos, también se enfoca en que pasa cuando estos nutrientes son ingeridos, en palabras más técnicas, es la obtención, asimilación y digestión de los nutrientes por nuestro organismo, así lo dice el Instituto Mexicano del Seguro Social (por sus siglas, IMSS).

Una alimentación saludable se basa en suplir las necesidades nutricionales del cuerpo, sin pasar el límite recomendado, ya que un exceso de alimentación puede provocar enfermedades como azúcar alta en la sangre, obesidad, presión alta, entre otras.

Por otro lado, una alimentación no saludable se basa en alimentos que suplen pocos nutrientes y otorgan calorías en exceso, usualmente ricas en grasas y azúcares artificiales.

De acuerdo a la información que nos pueden brindar los estudios de esta ciencia y de acuerdo a la opinión de expertos de la materia, existen un sin fin de mitos y creencias que las personas por muchos años han seguido ciegamente, y de acuerdo a The New York Times justo la opinión de estos expertos es la que nos ayudará en esta ocasión a desmentir 10 de los mitos más conocidos que les gustaría que desaparecieran.

Mito 1: Las frutas y verduras frescas siempre son mejor que las enlatadas.

Aunque muchos pensarían que esto tiene sentido, esto no siempre es verdad. Claro, siempre hay marcas de alimentos enlatados, secos o congelados que contienen ingredientes extras que podrían ser nocivos, como azúcares añadidos, grasas saturadas, sodio, entre otros. Esta información es de mucha ayuda en la economía de las personas y en siempre tener sobre la mesa la opción de tener frutas y verduras conservadas.

Mito 2: Cualquier tipo de grasa es dañina.

El exceso de grasas puede causar colesterol elevado, y una deficiencia de esta misma puede relacionarse con enfermedades cardiacas, es un mito que cualquier tipo de grasa es mala para nuestro organismo, no todas las grasas son malas. Existen grasas que califican incluso como saludables, así como las monoinsaturadas, las grasas poliinsaturadas ayudan a disminuir el riesgo de cardiopatías y de derrames cerebrales.

Mito 3: Entre más comas, más subes de peso. Entre menos comes, más bajas de peso.

Hablando al corto plazo, esta información puede llegar a ser cierta, si obtenemos más calorías que las que usamos, bajamos de peso y si gastamos más calorías de las que consumimos, bajamos de peso, pero esto solo es al principio. Más bien, esta información tiene base en los alimentos que consumimos, ya que alimentos ultaprocesados como los son, por ejemplo, las galletas, barras de energía, refrescos y dulces, son los que causan aumento de peso, debido a que el proceso de digestión es rápido y causan una explosión de glucosa, fructuosa y aminoácidos en la sangre, los cuales se convierten en agua al pasar por el hígado.

Mito 4: Cuando se tiene diabetes tipo 2 es malo comer fruta.

Recientes investigaciones han revelado que, si bien es cierto que las frutas aportan cantidades variadas de azúcares, esto no es malo para personas que padecen diabetes. Arándanos, uvas y manzanas son solo unos ejemplos de frutas que pueden ingerir con medida sin riesgo alguno, incluso estas ayudan a prevenir el riesgo de desarrollo de las diabetes tipo 2, y a personas que ya la padecen, ingerir frutas auxilia en el control de los niveles de azúcar en la sangre.

Mito 5: La leche vegetal es mejor que la leche de vaca.

Estudios han revelado que una taza de leche de vaca puede llegar a tener aproximadamente 8 gramos de proteína, mientras que las leches elaboradas a base de avena, almendra, arroz o variantes solo contienen de 2 a 3 gramos de proteína por taza, teniendo incluso otros ingredientes no saludables como sodio o azúcares añadidos.

Mito 6: Las papas blancas son dañinas para la salud.

Expertos se han encargado de difundir la los beneficios de esta verdura, para que las personas no solo crean que son malas por su rápida digestión y por aumentar los niveles de azúcar. Vitamina C, potasio, fibra y otros nutrientes benéficos para nuestra salud son algunos de los nutrientes con los que cuentan las papas, más si son usadas con todo y su cáscara. Además de ser baratas y una verdura accesible para toda la población.

Mito 7: Bajo ninguna circunstancia se le debe dar maní a los niños en sus primeros años.

Hace años las personas tenían la creencia de que alimentar los niños en sus primeros años de vida con alimentos con base en el maní, o incluso con huevo, era malo ya que podían desarrollar alergias o intolerancias a estos alimentos. Los estudiosos del tema se han encargado de desmentir esta creencia. Pues se recomiendan incluso comenzar a partir de los 6 meses de edad a darles a probar productos exclusivos para niños hechos de maní, mantequilla, bocadillo de maní, polvo de maní, siempre en cantidades minúsculas, pero nunca cacahuates enteros. Siempre teniendo la precaución de notar si el bebé presenta problemas en la piel, la opinión de un experto nunca está de más.

Mito 8: Los vegetales no tienen proteínas completas.

Los vegetales cuentan con al menos 20 aminoácidos, algunos de mucha importancia para el organismo. La cuestión a tomar en cuenta es la diferencia entre el porcentaje que contiene una porción de vegetales, comparada a la porción que tendría una porción de un alimento de origen animal.

Mito 9: Los alimentos a base de soya pueden desarrollar cáncer de mama.

Por mucho tiempo se creía que los alimentos de origen vegetal de soya, por su elevada dosis de estrógenos, ayudaban en el crecimiento de células malignas que causan el cáncer de mama. Sin embargo, los expertos se han encargado de difundir que esta información no es del todo correcta, ya que aún no existen estudios que relacionen esta creencia con los seres humanos. Incluso se hace hincapié en que ingerir alimentos hechos de soya puede llegar a ser beneficioso para el organismo, teniendo nutrientes como proteínas buenas, fibra, vitaminas y minerales.

Mito 10: Las recomendaciones sobre nutrición cambian con frecuencia.

Es cierto que la ciencia está en constante avance, en constante redescubrimiento, pero un ejemplo de que la nutrición no cambia del todo con el paso de los años es que en la década de los 50’s las recomendaciones en contra de la obesidad, la diabetes o enfermedades cardiovasculares, era encontrar un equilibrio en el consumo de calorías y reducir el uso de alimentos con grasas saturadas, exceso de sodio o azúcares añadidos, justo como las recomendaciones actuales son, no cambiaron con el tiempo.