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VIDEO: Rehabilitan la fantástica zona arqueológica ‘Las 40 Casas’

Las Cuarenta Casas es el vestigio de una era olvidada de la que se tiene poco registro histórico.

Cortesia/INAH Internet Internet

Entrada gratuita y bajo protocolos sanitarios.

El centro INAH Chihuahua informó que la zona arqueológica ‘Las 40 Casas’, ubicada en el municipio de Madera, ya se encuentra abierta totalmente al público, esto luego de varios meses de trabajos de rehabilitación en 1.3 kilómetros de su vereda para garantizar el paso seguro de sus visitantes hasta la ‘Cueva de las Ventanas’.

Este tramo fue afectado en junio de 2021 por las fuertes precipitaciones derivadas de la tormenta tropical ‘Guillermo’, por lo que el Instituto Nacional de Antropología e Historia realizó la gestión ante Agroasemex para aplicar la cobertura del seguro, la cual consistió en instalación y puesta en operación del trazo y nivelación de la escalinata de visitantes.

El trabajo se realizó en conjunto con el gobierno municipal de Madera y el comité de turismo local, quienes sumaron personal para trabajos de mantenimiento, reparación y carga de materiales, esto con el fin de impulsar uno de los principales destinos turísticos y seguir dando a conocer el patrimonio arqueológico de la región.

Las 40 Casas fue declarada zona de monumentos arqueológicos en el año 2002 y estará abierta al público en un horario de martes a domingo, de 9:00 a 17:00 horas. La entrada es gratuita y bajo todos los protocolos sanitarios correspondientes por la pandemia del COVID-19

Para Saber…

Significado

“Las Cuarenta Casas” es el nombre con el que la población de la región bautizó al sitio, refiriéndose a un número indeterminado de abrigos rocosos con vestigios arqueológicos y aludiendo al número cuarenta por decir “muchas”.

"Las 40 Casas" es el nombre de este sitio, que fue dado por el gran conquistador español Alvar Nuñez Cabeza de Vaca en el siglo XVI. Desde entonces los vecinos del lugar designar un número indeterminado de viviendas construidas con tierra y viguería.

Los arqueólogos le llaman "Casas de los Acantilados" o "Cliff Dwellings" que datan del año 1200. El lugar es un asentamiento prototípico de la provincia serrana que fue habitado por grupos de cazadores recolectores; basket-makers y agricultores con influencia de la Cultura Casas Grandes.

Los arqueólogos acuñaron estos dos conceptos para interpretar la evolución cultural de estos grupos. Dichas edificaciones fueron construidas al interior de cuevas y abrigos formados en los acantilados de las barrancas, y que se cree funcionaron, además de asentamiento habitacional, como talleres.

Durante el periodo del 1205 al 1260, d.C una denomina como de Paquimé, donde se crean las construcciones que hoy pueden visitar los turistas en este sitio arqueológico. La zona de Las Cuarenta Casas, fue utilizada como un escala intermedia para las rutas que los indígenas Paquimé, establecieran para estar en contacto con las culturas localizadas en las costas del Golfo de México, o bien, del Océano Pacífico.

Las Cuarenta Casas ofrecía protección a los grupos que se habían establecido en esta región del México Antiguo. Era un recurso para la salvaguarda de sus rutas comerciales. Los pobladores de Paquimé y Las Cuarenta Casas, se dedicaban al cultivo de calabaza y de maíz, y sus hábitos alimenticios se complementaban con la caza de animales de pequeño tamaño, como conejos, o bien, con lo obtenido gracias a la recolección de plantas comestibles, como es el caso de las hojas de maguey, las bellotas y las semillas de yuca. 

Muchos de los sitios de esta parte de la sierra fueron dejados a su suerte y quienes habitaban en el área de las cuevas, cerca de Las Cuarenta Casas, se alejaron de allí, en busca de zonas de acceso menos problemáticas. La Cueva de las Ventanas fue vuelta a ocupar, eventualmente, para la celebración de ritos. 

Cuando llegaron los primeros europeos a esta parte del México Antiguo todavía se habitaba esta zona, de tal manera que han quedado algunos registros de sus creencias y costumbres; pero a una gran familia étnica está actualmente extinta.

En los últimos 10 años de investigación se ha registrado más de 180 sitios de este tipo, se han encontrado muchas de estas edificaciones de tierra y madera. Sus Pobladores originales cultivaron maíz, calabaza y leguminosas, recolectaron semillas de yuca, bellotas silvestres y el maguey, cazaban venado, conejo, roedores, así como aves de diferentes tipos de las cuales aprovechaban su carne y sus plumas para fines ornamentales y de intercambio, habiéndose hallado evidencias de estos restos en las excavaciones hechas a finales del siglo XX por el Dr. Arturo Guevara Sánchez.

Además, aquí se han encontrado restos de artefactos cerámicos y líticos con características de la iconografía prehispánica de la región. Las primeras fotografías y descripciones técnicas de esta zona fueron realizadas por el explorador Noruego Carl Lumholtz en 1892, quién envió a registrar el sitio al Sr. White, ingeniero civil y fotógrafo, y gracias a sus valiosas notas de campo Lumholtz pudo reportar este sitio en su libro el México desconocido.

Para tomar en cuenta...

Para realizar el recorrido se recomienda ir bien hidratados, con ropa y calzado adecuado para el descenso y ascenso en senderos de montaña. Hay que llevar, de preferencia, manga larga y/o sudadera, pantalón y/o pants, bota y/o tenis para senderismo de preferencia con apoyo en los tobillos).

El tiempo estimado del recorrido son cerca de 2 horas totales con un total de 3.6 Km., en caso de ser propensos a hipertensión arterial, problemas cardiacos, asma, presión alta o baja, con embarazo, ni con niños en los brazos o de no estar en buen estado físico se recomienda no realizarlo, pudiendo así disfrutar de los espacios destinados al descanso.

Está prohibido hacer fuego dentro del perímetro de la zona arqueológica, correr en los senderos, tirar basura, así como introducir bebidas embriagantes, tocar o entrar a las estructuras arqueológicas.

Dónde: 

a 320 kilómetros al noroeste de la ciudad de Chihuahua y a 42.5 kilómetros de Ciudad Madera.

Este artículo fue publicado originalmente en  INAH ChihuahuaLea el original.

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