Día Mundial del Perro: ¿cuál es su origen y por qué se celebra cada 21 de julio?
Chiquitos, grandes, con mucho o poco pelo, juguetones o gruñones, los perritos tienen algo en común: la capacidad de brindar amor incondicional a los humanos
Para algunos, sólo mascotas, para otros, familias
La pérdida de un perro significa que se pierde una relación muy especial y, aunque no todas las personas lo puedan entender, lo más importante en esos momentos es dejar que afloren los sentimientos, pues ignorar la pena no hará que desaparezca. Cuando el perro alcanza la vejez es posible que haya que plantearse la opción de la eutanasia. Esta decisión debe tomarse junto con el veterinario y evaluando honestamente la salud del animal; no es sencillo, pero puede ser considerado como el último acto de amor hacia él. Evitar el sufrimiento es, normalmente, una constante de los dueños durante la vida de las mascotas y, en el momento final, debe serlo más que nunca.
En el kilómetro 3.2 de la carretera a Santa Eulalia, se ubica un lugar especial para aquellos animalitos que han dejado el plano terrenal; se trata del cementerio y crematorio para mascotas “Senda a la Eternidad”, el cual nació en el 2006, siendo el primero a nivel nacional.
Al llegar a este sitio, se siente un ambiente de paz y armonía, y es que aquí, descansan desde perros y gatos, hasta becerros, cuyos, cerditos y cualquier especie que haya sido parte de una familia.
“Mi papá fue el fundador de este cementerio y crematorio; él fue pionero a nivel nacional, de hecho, tardó cuatro años en poder abrir porque no había una legislación, no había nada porque era totalmente nuevo, incluso, le llegaron a decir que estaba loco”, expresó Larissa Pasillas Gómez, hija de Óscar Pasillas, quien creó este lugar.
La idea, surgió luego de que el padre de Larissa, hiciera un viaje a Marruecos y conociera otro cementerio para mascotas; eso, además de la importancia que él le daba al medio ambiente y a los animales.
“Mi papá era ejidatario y a él, se le hacía muy importante el tema de la contaminación, entonces pues andaba mucho por las orillas de la ciudad y seguido veía a perros muertos, abandonados que sólo los dejaban ahí, nosotros siempre sepultábamos a nuestras mascotas cuando fallecían, incluso, sus amigos le pedían sepultarlas ahí”, dijo Larissa.
Actualmente, este sitio alberga a casi 2 mil animales, entre fosas comunes, y fosas individuales.
“Contamos con dos tipos de servicios: el más económico, que es el de la fosa compartida, es decir, ahí se entierran a 10 animalitos y al final se les manda a hacer una placa y el que es de fosa individual”, dijo la hija del fundador, quien actualmente se hace cargo de este espacio.
Un pilar importante de este lugar es “Chesto”, el único perro tanatólogo, el cual, acompaña a la persona que más esta sufriendo luego de la muerte de su mascota.
“Chesto es fabuloso, es un perro que rescatamos un 14 de enero, el pobre no podía ni subir la entrada del cementerio; poco a poco se fue recuperando y se iba acercando con los dolientes; lo que nosotros hacemos, es que ponemos a la mascotita ya sin vida, él la huele y se acerca con el que esta más doliente”.
El lugar, cuenta además con tres hornos crematorios y dos salas de despedida en donde pueden dar el último adiós a su ser querido.
Senda a la Eternidad, pertenece a la asociación Internacional de Cementerios y Crematorios para mascotas en la que participan países de todo el mundo como: Japón, Australia, Inglaterra, Francia, Italia, Sudáfrica, Puerto Rico, Colombia, entre otros.
Nota de Alejandra Sánchez
¿Te gustó este contenido? Si lo compartes en tus redes, promueves el acceso gratuito a la información en Internet y apoyas nuestro trabajo. ¡Muchas Gracias!
Chiquitos, grandes, con mucho o poco pelo, juguetones o gruñones, los perritos tienen algo en común: la capacidad de brindar amor incondicional a los humanos
Marco Bonilla, presidente municipal de Chihuahua, dio a conocer que el parque para mascotas será una realidad
Entre 1925 y 1935, todos los días el perro Hachikō esperaba en una estación de tren en Tokio con la esperanza de encontrar a su amo.
Llamada también Muttnik, Laika, la perra espacial, hizo historia en 1957 como el primer animal en viajar a la órbita de la Tierra y el primero en morir allí.